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Tus actos dependen de las partes más automáticas y profundas de tu mente, y es tu inconsciente el que ha dictaminado los momentos y decisiones más importantes de tu vida.

El departamento comercial de tu mente mecanizada, también llamado Neocórtex, llegó a un acuerdo colaborativo con tu parte más inconsciente para hacerte creer que eres tú quién controlas tu vida. Sin embargo, más adelante entenderás que la realidad es otra.

Si la parte que más conoces de tu mente, el Neocórtex, se satura con siete u ocho unidades de pensamiento diferentes ¿Qué sucede con los 2 millones de estímulos y señales restantes que recibes cada segundo? ¿Quién los vigila y gestiona realmente? ¿Cómo los digiere tu mente y quién media en todo esto?.

Tu parte más consciente, la que conoces de ti, la que controla cada cosa que ves, que haces o dices, selecciona sólo la información que es familiar o importante para tu adaptación, acomodándola a tu homeostasis física con lo que te rodea. La percepción humana por tanto tiene una función de supervivencia y uno de los procesos que se produce con el paso del tiempo es la CABEZONERÍA PERCEPTIVA. Seguro que lo has experimentado en alguna ocasión. Esa constancia de seguir percibiendo un mismo objeto aunque éste cambie de luz, de tamaño por la distancia que ocupa o de forma según el ángulo con que lo mires. Tu cerebro es muy inteligente ya que de esta manera se ahorra mucha energía.

Puede que te estés preguntando ¿y por qué estamos continuamente ahorrando energía? Podría resumirse en que tu mente quiere que dures mucho tiempo. Por ello, sigue manteniéndose alerta por si aparecen de repente los mamuts o esos cambios climáticos que estudiaste en clase de prehistoria.

Mientras que una parte de ti sabe cómo leer y mantener tu respiración y latidos constantes, otra parte más inconsciente se sitúa en un espacio tiempo ya vivido que asocia la posición corporal y la emoción percibida a los momentos que hayas vivido que más se parezcan a esas sensaciones fisiológicas y a ese entorno. Y mientras tanto, dejas que tu cuerpo se relaje… sin que te percates de ello porque lo haces con movimientos casi imperceptibles, incluso oculares, acomodando un tanto mejor la postura de lectura sobre el asiento, muy sutilmente, tan sutil como puede ser un parpadeo, una respiración profunda, repentina o un movimiento involuntario.

Es aquí donde quiero que te sitúes: en el “como si” tu cerebro estuviese disociado; a una parte de tu mente le preocupa tu supervivencia, y por ello ciertas áreas cerebrales están alerta las 24 horas del día ante la posible presencia de depredadores o circunstancias amenazantes para tu cuerpo. Y la otra parte restante se encarga de que te adaptes adecuadamente al día a día del siglo XXI. ¿Vaya lío, verdad?

Qué sucede cuando piensas en la cultura en la que te has criado, o en la familia donde has nacido y educado con unos valores determinados, con la escuela, el trabajo, los mensajes que recibes de internet y los medios de comunicación.  Disfrutas de muchos grupos de amigos y comes comida cada vez menos natural a la vez que tu cerebro tiene respuestas parecidas a las acontecidas en el paleolítico.

Como ves, te encuentras en un constante bombardeo de señales y de marketing que recibes de tu exterior con más de 16.000 estímulos externos e internos por segundo, con mensajes poco saludables y todo esto tiene que digerirlo CADA CÉLULA de tu cuerpo, que procesa cada entrada externa de información con más de 100.000 reacciones químicas por segundo.

Por esta razón, nuestro cerebro no puede quedarse con cada detalle como si fuera una realidad; no duraríamos mucho. Tu cerebro y cuerpo son tan inteligentes, que para agilizar algo tan espectacular como son los miles y miles de imputs que se dan cita dentro de tí, transforman todas estas señales en POSIBILIDADES y MEMORIAS CORPORALES.

Tal cantidad de probabilidades que acoges, por simplificar dicho proceso, disparan células nerviosas que se comunican entre sí a través de muchos mecanismos (mediante las sinapsis, la transmisión de neurotransmisores, neuropéptidos y hormonas, mediante las proteínas, las corrientes eléctricas, con la propagación de los cambios eléctricos de las neuronas que se activan, etc). Y estas células nerviosas que SE HAN DISPARADO A LA VEZ al recibir dichas posibilidades, se activan y JUNTAS conforman tus circuitos neuronales.

Tus circuitos neuronales interpretan los siguientes segundos de tu vida como POSIBILIDADES PREDECIBLES, ya que tienes almacenadas en tu memoria situaciones semejantes que activaron en su momento las mismas REDES neuronales y que a la vez volvieron a activar los mismos circuitos dando lugar a reacciones y conductas semejantes, estereotipadas con el tiempo.

¿Te ha resultado interesante? si quieres seguir profundizando en este tema, accede a la segunda parte del artículo: «Aprendizajes Inconscientes II»

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