En consulta, trabajando con adultos veo constantemente como las personas se guían por patrones mentales y/o emocionales inconscientes que influyen muchísimo en su día a día por la forma con que atienden a las cosas, sienten, piensan y se relacionan con su entorno, y todos ellos proceden de edades tempranas, es decir, de acontecimientos e impactos (emocionales, físicos…) que quedaron congelados a nivel neural y fisiológico. ¡Es tan importante hacer un trabajo de autoconocimiento y liberación emocional desde que somos pequeños, que si las familias y los docentes entendieran lo necesario que es, se embarcarían hacia el mundo de la psicología sin pensárselo dos veces!
Existe un patrón general de género. Las mujeres usan más estrategias de desahogo emocional y búsqueda de apoyo, mientras que los hombres usaron estrategias directas a solucionar un problema o distraerse. Su tendencia reside en la falta de control de impulsos físicos, en la desadaptación a las normas sociales y al bajo rendimiento académico. Según María Saavedra, los hombres usan estrategias evitativas, distractoras para no pensar dejando la mente en blanco con una búsqueda de apoyo tipo social donde uno no habla de sus problemas sino son muy graves; mientras que las mujeres tienden a elegir el desahogo emocional y la búsqueda de apoyo íntimo con más agresividad verbal.
Si nos centramos en etapas vitales como es la infancia o la adolescencia, encontramos que tienden a vivirse inestabilidad emocional debido a los múltiples cambios que se dan a nivel social, corporal y psicológico. No sólo van necesitando su propia independencia, sino definir quiénes son, sentir la pertenencia al grupo. Es importante atender al nivel de estrés y de ajuste digital que viven los jóvenes lo que suele derivar en desajustes psicológicos que se arrastran en la edad adulta. Por ello es de gran importancia identificar y prevenir los factores de riesgo que pueden afectar la salud mental de los adolescentes y los niños.
Un ejemplo de estrategia de afrontamiento mental, para que entienda de forma clara y sencilla sería entender, por ejemplo, que no somos lo que pensamos y por tanto, no tenemos que comprender ni identificarnos con las cosas que nos vengan a la cabeza sobre lo que nos dicen o nos decimos a nosotros mismos; a veces tan solo se necesita “desconectar” de la mente, y no exigirse nada, tan sólo notar, estar presente a lo que acontece como observador, sintiendo calma interior. En mi canal Youtube a lo largo de esta semana podrás encontrar audios para distintas situaciones que liberan emociones a nivel inconsciente para niños, adolescentes y adultos, para lograr este estado de paz que el ir a mil no nos permite muchas veces.